Hemos desarrollado los pasos clave para que puedas validar y crear tu startup con las mayores garantías de éxito.
Algo que, tratándose de una startup, es particularmente difícil debido a su carácter innovador y al mayor nivel de riesgo.
Por eso, realizar un buen proceso de validación es más importante que en cualquier otra empresa.
Ten en cuenta que, en cuanto empieces a generar gastos, te convendrá tener una SL creada para poder desgravártelos.
Para ese paso puedes contar con el servicio de creación de empresas de Infoautónomos, nos ocupamos de todo lo necesario:
Índice de contenidos:
- ¿Qué es una startup y qué necesitas antes de empezar?
- ¿Qué problema resuelve tu startup?
- ¿Cómo elegir tu segmento y definir a tu cliente ideal?
- ¿Cómo validar tu idea y recoger feedback real?
- Estrategia: modelo de negocio, precio y propuesta de valor
- El plan estratégico o de negocio de tu startup
- Cómo crear una Sociedad Limitada
- Go-To-Market: tu mensaje y cómo captar clientes
- Cómo preparar tu Pitch Deck
- Construye tu MVP y sal al mercado
1. ¿Qué es una startup y qué necesitas antes de empezar?
Una startup es una empresa innovadora, muchas veces disruptiva, que trata de ofrecer una nueva solución a un problema que detecta en el mercado y que por este carácter innovador, suele entrañar un alto nivel de riesgo.
Por eso, crear una startup no es como crear un SL normal, una startup es una empresa diseñada para aprender rápido. No es una versión pequeña de una gran compañía ni un proyecto que nace con todo definido.
Es un experimento con un objetivo claro: encontrar un modelo de negocio que funcione, que pueda crecer y que aporte valor real al mercado.
Así que, en este primer paso, lo importante es que tomes conciencia de lo especial que es montar una startup y del riesgo inherente que conlleva.
Por eso, para los pasos a dar, nos vamos a guiar en buena parte por la metodología que se aplica en Silicon Valley y la mayoría de incubadoras, como se recoge en este Manual para Emprender con una Startup de José Luis de Lope, mentor de startups, que incluye 15 GPTs muy útiles.
2. ¿Qué problema resuelve tu startup?
El problema es el cimiento de todo. Si el problema no es grande, urgente o frecuente, cualquier solución, por buena que parezca, terminará sin mercado.
Por eso es importante dedicar tiempo a analizarlo: entender cómo surge, qué dificultades genera y cómo lo están resolviendo las personas hoy en día.
Así que lo primero de todo, párate a analizar estas tres cuestiones:
- ¿Qué problema quieres resolver?
- ¿Para quién?
- ¿Por qué ahora?
La claridad en estas tres respuestas es más importante que tener un producto final o una tecnología brillante. Las startups que triunfan lo hacen porque entienden mejor que nadie a su cliente y saben adaptarse rápido.
Por ejemplo, imagina que detectas que muchas pequeñas tiendas pierden horas gestionando pedidos manualmente. Ahí ya tienes una señal: hay un dolor claro (tiempo perdido), una consecuencia (desorden, errores) y un motivo para actuar (afecta al negocio).
Cuando el cliente siente esa incomodidad de forma repetida, es más probable que busque una solución mejor.
Hablar del problema con tus posibles usuarios te aclarará si merece la pena construir algo alrededor de él. Si el problema es real y duele, estarás mucho más cerca de crear una solución que importe.
3. ¿Cómo elegir tu segmento y definir a tu cliente ideal?
Uno de los errores más comunes al emprender es pensar que “esto le puede servir a todo el mundo”. Pero al principio necesitas justo lo contrario: un grupo pequeño, accesible y con una necesidad concreta. Cuanto más específico sea tu segmento, más rápido podrás aprender, la especialización es tu aliada.
Elegir segmento significa identificar dónde están las personas que tienen el problema más urgente y que además son fáciles de localizar. Quizá no te interese empezar por la empresa más grande o más conocida, sino por la que te abrirá la puerta y te dará buen feedback.
Dentro del segmento, define tu cliente ideal: un perfil de persona real, con nombre y comportamiento. Pregúntate qué intenta lograr, qué frustra su día a día y qué valora realmente. No es una descripción demográfica, es una historia humana: cómo piensa, qué teme, qué desea.
Si puedes imaginar a tu cliente ideal tomando decisiones (“¿pagaría por esto ahora?”), entonces vas por buen camino.
4. ¿Cómo validar tu idea y recoger feedback real?
Validar es demostrar que tu idea tiene sentido más allá de tu cabeza. Y se pre-valida hablando con personas, no construyendo durante meses a puerta cerrada.
Empieza haciendo entrevistas sinceras a clientes potenciales: pregunta cómo viven el problema, qué intentan hacer para solucionarlo y qué les frustra.
No intentes convencerles de nada. Escucha. Es en esas conversaciones donde descubrirás matices que no aparecen en ningún Excel ni en ningún plan de negocio.
Si varias personas describen el mismo dolor, estás ante una oportunidad. Si cada una dice algo distinto, probablemente tengas que repensar tu propuesta.
También es importante que compartas la idea de tu proyecto en entrevistas con algunos expertos y proveedores que conozcan bien el sector al que te quieres dirigir.
Recuerda: pre-validar no es buscar elogios, sino señales reales de que a alguien le interesa lo que quieres hacer y, muy importante, que están dispuestos a pagar por ello.
5. Estrategia: modelo de negocio, precio y propuesta de valor
Es el momento de dar forma a tu estrategia inicial, que se va a construir sobre hipótesis que después tendrás que verificar. Vamos a ver tres: el modelo de negocio, el precio y la propuesta de valor.
El modelo de negocio te permite visualizar cómo encajan todas las piezas: quién es tu cliente, qué ofreces, cómo te encuentran, cuánto cuesta entregar tu solución y cómo generas ingresos.
No busques un modelo perfecto. Necesitas uno comprensible y fácil de probar. A medida que avances, lo irás afinando.
El precio también es una hipótesis. Piensa en lo que tu solución le ahorra al cliente: tiempo, esfuerzo, errores, dinero. Ese valor percibido debería guiar tus primeros precios.
Al principio, el objetivo es aprender qué está dispuesto a pagar tu mercado, no maximizar ingresos desde el primer día.
La propuesta de valor resume en una frase por qué existes. Evita vaguedades al redactarla y explica de forma directa qué consiguen los usuarios contigo que no pueden conseguir solos.
6. El plan estratégico o de negocio de tu startup
Aquí es donde muchas startups se desvían: intentan planificar demasiado pronto y se centran en crear un plan de negocio completo cuando todavía no lo necesitan, en lugar de un plan estratégico adaptado a esta fase de validación.
Ten en cuenta que tu plan estratégico no es un documento estático, es más bien un sistema que te ayude a tomar decisiones con agilidad. Y en este punto a lo mejor te vale con que sea el embrión de tu futuro plan de negocio.
Establece unas pocas prioridades claras y revísalas cada mes o cada trimestre. Pregúntate qué hipótesis ya has validado, cuáles siguen siendo dudosas y qué necesitas aprender antes de tomar un paso importante. Mantén el foco, porque en una startup siempre hay más ideas que recursos.
Cuando tengas dudas, vuelve al principio: problema, cliente y aprendizaje. Son tus tres anclas.
Si decides optar por la financiación de ENISA o alguna entidad pública o privada similar especializada en el apoyo a startups, sí puede ser necesario que trabajes a fondo tu plan de negocio en este punto. Pero si no, te vale con un plan estratégico más ligero y ágil.
7. Crear una Sociedad Limitada
Si tu idea empieza a tomar forma, crear una Sociedad Limitada puede ser el siguiente paso natural, especialmente en el momento que empieces a generar costes. Es la estructura más utilizada por startups españolas porque te permite limitar responsabilidad, recibir inversión y contratar personal más adelante.
El proceso incluye reservar el nombre de la sociedad, redactar estatutos, firmar la escritura pública ante notario, realizar el alta en Hacienda y completar los trámites en el Registro Mercantil y, si toca, en Seguridad Social.
Inicialmente no necesitas ni aportar capital; te puede valer con un euro. Además, puedes crear la SL y no arrancar con la actividad de manera inmediata.
Puedes hacerlo tú mismo, pero si quieres evitar errores y ahorrar tiempo, nuestro consejo es que lo delegues y te centres en avanzar con tu proyecto.
¿Quieres crear tu SL de forma rápida y sin complicaciones? En Infoautónomos te ayudamos en todo el proceso.
Asesoría de creación de empresas
8. Go-To-Market: tu mensaje y cómo captar clientes
El Go-To-Market es tu plan para llegar a tus primeros clientes. Para ello necesitas un mensaje claro, humano y directo, que hable del beneficio que recibe el cliente, no de la funcionalidad.
No digas “automatizamos procesos”, di “te ayudamos a ahorrar dos horas cada día”. El cliente conecta cuando se siente entendido.
La captación al inicio es manual, escribirás a conocidos, participarás en grupos, enviarás mensajes personalizados, harás prospección en redes y harás demostraciones una a una. Aunque parezca poco escalable, es la forma más rápida de descubrir qué funciona y qué debes corregir.
Una vez empiezas a convertir clientes, podrás identificar patrones, pulir tu embudo y, poco a poco, automatizar lo que ya has comprobado que tiene sentido.
Cada interacción es un aprendizaje. Aprovecha esa ventaja que solo se tiene al principio.
9. Cómo preparar tu Pitch Deck
Tu Pitch Deck es tu carta de presentación ante posibles inversores y generalmente se plasma en una presentación con entre 10 y 15 diapositivas. No hace falta que sea espectacular; debe ser corto, fácil de entender y honesto.
Explica el problema, la solución, tu modelo de negocio, el tamaño del mercado, tu tracción inicial, la tecnología y el equipo. En Canva puedes encontrar muchas plantillas de pitch deck.
Los inversores buscan señales de aprendizaje, capacidad de ejecución y claridad mental. Valoran más diez conversaciones reales con clientes que un documento perfecto lleno de proyecciones irreales, así que muestra lo que has aprendido en la pre-validación y no solo lo que imaginas en tu cabeza.
Te va a hacer falta si quieres captar financiación para construir tu producto mínimo viable. Puede que sea suficiente con acudir a tu círculo de “Family, Fools, and Friends” o quizás prefieras acudir a inversores y business angels especializados en capital semilla y proyectos que todavía están en esta fase inicial.
10. Construye tu MVP, sal al mercado y valida
El MVP (Producto Mínimo Viable) es la versión más sencilla de tu solución que permite obtener aprendizaje real en el mercado y completar el proceso de validación en el caso de que la aceptación sea buena.
No tiene que ser impresionante, solo funcionar lo justo para medir el interés real. Puede ser un prototipo básico, un servicio manual o incluso una demo en vídeo. Lo importante es que muestre al cliente lo esencial de tu propuesta.
Una vez tengas el MVP, llega el momento crucial: salir a vender. Empieza por las personas que ya entrevistaste o que mostraron interés desde el principio. Son quienes mejor entienden el problema y quienes están más dispuestos a probar algo nuevo.
Vender pronto te ayudará a afinar tu producto, a descubrir objeciones reales, a ajustar tu modelo de negocio y a empezar a recabar las primeras métricas de tu negocio.
Por ejemplo, cuánto te cuesta captar un cliente (CAC), cuál es el ticket medio y si consigues que el cliente quede satisfecho y pague cada mes. Todo eso te permitirá estimar el Lifetime Value, es decir, la facturación media esperada por cada cliente que captes a lo largo del tiempo.
Por todo ello, validar tu MVP será uno de los pasos más valiosos, si no el que más, de todo el proceso de creación de tu startup.
Errores típicos al crear y validar una startup
Muchos emprendedores tropiezan siempre en los mismos puntos: construir demasiado antes de validar, intentar vender a todo el mundo, enamorarse de la solución y olvidar el problema, fijar precios sin hablar con clientes o paralizarse esperando el producto perfecto.
Si evitas estos errores y mantienes una mentalidad abierta, flexible y orientada a aprender, tendrás mucha más probabilidad de avanzar con éxito.
Bien, ahora ya tienes más claros los pasos que debes ir dando para crear tu startup. Y un consejo más, en todo este proceso conviene que cuentes con el apoyo o guía de algún mentor o incubadora con experiencia en todo el proceso.
¿Necesitas ayuda para lanzar tu startup? Nuestra asesoría para pymes te acompañará desde el primer día.

