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Cómo financiar una inversión menor de 100.000 €

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Ayudas, préstamos particulares, bancos, microcréditos, crowdfunding,  leasing y renting son las opciones a las que suelen recurrir los autónomos para completar su capital y financiar inversiones menores de 100.000 euros.

Financiar inversión menor de 100.000 €

Actualizado el 3 de diciembre de 2021

8 minutos de lectura

Por Infoautónomos

La mayoría de los negocios que puede montar un empresario individual autónomo no suele requerir más de 100.000 euros. Incluso mucho de ellos ni siquiera llegan a 30.000 euros. Para conseguirlos lo normal es que el autónomo los reparta entre las siguientes fuentes de financiación:

  1. Ahorros o capital propio
  2. Préstamos particulares: “Family, Fools and Friends”
  3. Financiación bancaria
  4. Microcréditos
  5. Ayudas y subvenciones
  6. Crowdfunding
  7. Otros productos financieros

Vamos a comentar cada una de ellas a continuación:

1. Ahorros o capital propio

No nos engañemos, si tú no crees en tu propio negocio como para estar dispuesto a invertir en él, ¿cómo vas a convencer a otros?. Aunque sólo puedas aportar una pequeña parte (te recomendamos que al menos sea el 25% de la inversión), disponer de ahorros que dedicar a tu negocio te proporcionará independencia, desahogo y mayor facilidad en la siempre dura y difícil tarea de reunir el dinero necesario.

No sólo porque tengas que conseguir menos dinero, sino porque tendrás mayor credibilidad y fuerza a la hora de convencer a inversores particulares, bancos y administraciones, que además suelen exigir una aportación mínima para otorgar una subvención. No es lo mismo jugarse el dinero propio junto con el ajeno que sólo dinero ajeno.

En algunos negocios en vez de dinero podrás aportar otro tipo de bienes que ya poseas: un vehículo, un equipo informático, etc.

Una vez tengas en marcha el negocio también debes plantearte ir ahorrando una parte de los beneficios e ingresos que generes, ya que te servirán para hacer frente a posibles caídas de ventas, a retrasos en los cobros y a las inversiones que puede necesitar el negocio para crecer.

2. Préstamos o socios particulares: “Family, Fools and Friends”

La segunda opción es buscar el apoyo financiero de algún conocido. El famoso término americano “Family, Fools and Friends”, que en castellano sería “Familiares, Amigos y Locos”, es aplicable a cualquier tipo de negocio y hace referencia al conjunto de personas que pueden estar interesadas en invertir en tu negocio, bien porque formen parte de tu círculo directo de relaciones y quieran apoyarte porque confian en ti, o bien porque tu proyecto les resulte atractivo y estén dispuestos a respaldarlo.

No siempre su apoyo consistirá en aportaciones de dinero, puede que sea el aval que necesitas para que sea el banco el que te facilite el dinero o alguna aportación en especie (maquinaria, local…). Lo más conveniente para ti es un simple préstamo privado sin intereses, pero en muchas ocasiones estas personas querrán ser tus socios, lo que te obligará a constituir una sociedad para formalizar la relación. En ese caso, ten cuidado y haz las cosas bien, tus relaciones personales están en juego. Por eso suele ser recomendable repartir el riesgo entre varios inversores.

3. Financiación bancaria

Difícil de conseguir pero no imposible, la financiación de los bancos es el recurso financiero externo número 1 de gran parte de autónomos y pymes.

Vivimos en el país del mundo con mayor número de sucursales bancarias per cápita. Por algo será, y aunque a nadie le guste endeudarse con el banco y aunque con la crisis los bancos y cajas de ahorro no estén tampoco muy proclives a facilitar crédito a los autónomos, no cabe duda que si montas un negocio debes tener muy en cuenta la posibilidad de obtener financiación bancaria, uno de los pilares del funcionamiento de gran número de negocios.

Encontrarás diversas opciones:

  • Préstamos a medio y largo plazo, en los que tras firmar el contrato obtendrás el dinero a cambio del pago de unos intereses.
  • Pólizas de crédito, contrato a corto plazo (no suele superar un año de duración) en el que la entidad financiera pone dinero a tu disposición una determinada cantidad de dinero. Pagarás un pequeño interés por el total de esa cantidad y luego un interés mayor por la cantidad que utilices. Es muy habitual que los autónomos recurran a pólizas para hacer frente a posibles retrasos en los cobros a clientes y asegurar así la estabilidad financiera del negocio.
  • Líneas de descuento: permiten que el banco, a cambio de unos intereses, te anticipe el valor de un título (generalmente letras de cambio ó pagarés) de un crédito que no ha vencido todavía. Debes tener cuidado ya que si después el cliente no tiene fondos, el banco te reclamará a ti la devolución de la cantidad anticipada.
  • Préstamos hipotecarios: se suelen utilizar en inversiones de mayor cuantía en las que el autónomo quiere comprar algún inmueble: local comercial, oficina, nave, etc.

En nuestra Sección de Utilidades puedes descargarte gratuitamente una plantilla para el cálculo de las cuotas mensuales a pagar por un préstamo en función de su tipo de interés y plazo de amortización.

Descargar Calculadora de Préstamos

Casi todos los bancos y cajas de ahorro disponen de líneas específicas para autónomos. Infórmate bien de sus características ya que a menudo van ligadas a la contratación de seguros y tarjetas de crédito y a la domiciliación de recibos y pagos.

Si necesitas un crédito a largo plazo te recomendamos:

  • Prepararte bien para conseguir el aval necesario. Trabaja a fondo tu plan de negocio antes de solicitar el apoyo a tu avalista, por mucha confianza que tengas con él, y antes de realizar las visitas a los bancos.
  • Valorar la posibilidad de obtener un préstamo del Instituto de Crédito Oficial (ICO), que ofrece líneas preferentes para autónomos y pymes o un microcrédito.
  • Negociar un plazo de carencia en el pago del principal en el primer año de funcionamiento. Ello supondrá que sólo pagues los intereses y te facilitará el siempre difícil primer año de funcionamiento de tu negocio. Por ejemplo, un préstamo de 30.000 euros al 5% a devolver en 7 años supondría una cuota mensual de 566 euros. Con un año de carencia de principal, el primer año pagarías sólo 125 euros mensuales y luego 691 euros mensuales.

4. Microcréditos

Se trata de préstamos de pequeña cuantía (hasta 25.000 euros como máximo) destinados a personas que puedan demostrar que no disponen de avales personales. En la mayoría de las ocasiones suelen ofrecer unas condiciones preferentes como la ausencia de comisiones, una mayor facilidad para otorgar plazos de carencia o unos tipos de interés ligeramente inferiores a los de mercado.

Cumplen una finalidad social al luchar contra la exclusión financiera y permitir que nadie se quede sin montar su pequeño negocio como empresario autónomo por falta de financiación.

Un amplio número de Cajas de Ahorro gestiona este tipo de programas en colaboración generalmente con Ayuntamientos y organizaciones sociales, donde tendrás que iniciar la tramitación, te ayudarán a analizar y dar forma a tu proyecto y valorarán si realmente no dispones de aval. Porque si por ejemplo tus padres tienen una casa en propiedad te costará demostrar que no tienes avalista y por tanto acceso a un préstamo normal. Entre los perfiles de autónomos a los que se les conceden microcréditos destacan los inmigrantes, las mujeres y los jóvenes.

Puedes consultar nuestro artículo específico sobre microcréditos, dónde analizamos algunos de los programas de microcréditos más conocidos en España:

  • Microbank – La Caixa
  • Nova Caixa Galicia
  • BBK
  • Cajastur
  • Cajasol

5. Ayudas y subvenciones

Ya lo dice su nombre, una ayuda es un apoyo, un complemento, por eso nunca debe ser una de las patas sobre las que se sustente un negocio. Debes intentar conseguirlas pero no condicionar tu proyecto a ellas, más bien debes tener un plan A por si llegan y un plan B por si no.

Y es que con las subvenciones se podría aplicar aquello de “mucho ruido y pocas nueces”, las administraciones le suelen dar mucho bombo a sus programas de subvenciones pero luego conseguirlas no es ni tan fácil ni tan rápido como parece. Y sólo te financiarán una parte del dinero que necesitas.

Debes conocer que existen varios tipos de subvenciones, en nuestra sección específica puedes encontrar fichas detalladas de las convocatorias de subvenciones para autónomos más relevantes, aunque aquí te ofrecemos un resumen:

  • Para desempleados interesados en darse de alta como autónomos: pago único de hasta el 100% de la prestación por desempleo y el resto en cotizaciones a la seguridad social.
  • Bonificaciones en la cuota de autónomos: tarifa plana de 50 euros y otras bonificaciones para autónomos que pertenezcan a determinados colectivos.
  • Ayudas para la promoción del empleo autónomo: algunas Comunidades Autónomas siguen ofreciendo ayudas a fondo perdido de entre 2.500 y 6.000 euros a fondo perdido. En Infoautónomos puedes encontrar información detallada y el enlace al organismo encargado de gestionarlas en tu Comunidad Autónoma.
  • Ayudas a la inversión: para inversiones de mayor cuantía debes saber que algunas Comunidades Autónomas ofrecen programas enfocados a fomentar la creación de empresas innovadoras y/o de economía social, financiando entre el 15% y el 50% de la inversión a realizar. También suelen ofrecer bonificaciones en los tipos de interés de la financiación bancaria.
  • Ayudas a la contratación de trabajadores: bonificaciones en las cuotas a la seguridad social, variables según el perfil del trabajador a contratar. Puedes encontrar información detallada en este artículo sobre bonificaciones de la Seguridad Social.

6. Crowdfunding

En los últimos años han ganado popularidad las fórmulas de financiación alternativas como el crowdfunding o micromecenazgo, consistentes en sistemas de financiación colectiva en los que muchos financiadores realizan pequeñas aportaciones a una empresa o proyecto, generalmente a través de una página web especialmente preparada para albergar este tipo de propuestas.

7. Otros productos financieros

En los últimos años vienen extendiéndose poco a poco una serie de productos financieros que han ampliado las posibilidades del autónomo. Los más reseñables son:

Para la adquisición de bienes de inversión:

  • Leasing: consiste en un alquiler con opción a compra de un bien de inversión, que se suele aplicar a bienes de una cierta entidad, como maquinaria, vehículos o un amplio lote de equipos informáticos. Su gran ventaja es que facilita la disposición del bien, aunque lógicamente los intereses son mayores. Pregunta en tu banco si estás interesado. Además es un gasto deducible a nivel fiscal.
  • Renting: consiste en el alquiler de un bien de inversión sin opción a compra. Cada vez hay más autónomos que adquieren sus vehículos mediante renting.
  • Crédito de proveedores o compra a plazos.

Para la financiación de las facturas pendientes de cobro:

  • Confirming: consiste en gestionar los pagos de una empresa cliente a sus proveedores, que a cambio del pago de unos intereses pueden cobrar sus facturas antes de su vencimiento. Si tienes como cliente a empresas grandes o administraciones de cierto tamaño (Diputaciones, Ayuntamientos), pregúntales si disponen de línea de confirming y con qué entidad financiera.
  • Factoring: cesión o venta a un intermediario comercial y financiero, generalmente un banco, de los derechos de cobro sobre facturas de nuestra clientela con un precio establecido de antemano. Se usa sobre todo en grandes empresas.

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