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Cómo escoger el packaging más adecuado para tus productos y enamorar a tus clientes

Actualizado el 5 de febrero de 2025

3 minutos de lectura

Por Estefanía

No son pocas las veces las que, a la hora de escoger entre varios productos entre los que apenas existe diferencia de precio, de funcionalidad o de calidad, nos dejamos llevar por la forma en la que están embalados o empaquetados, es decir, el packaging.

Y aunque “juzgar un libro por su portada” no siempre es una buena decisión, la forma en la que empaquetamos los productos que comercializamos o que los embalamos para su venta puede influir notablemente en la motivación de compra de los clientes.

Por ello, nos hemos puesto en contacto con los expertos de Viking, empresa líder de material y mobiliario para empresas y oficinas en España, y nos han dado varias pistas sobre cómo debemos preparar nuestros productos de manera que sean mucho más efectivos, convincentes y visuales en el momento de la compra, o para que lleguen en perfecto estado a la hora de hacer los envíos de los mismos si carecemos de tienda física o realizamos envíos a domicilio.

Además, te recomendamos que le eches un vistazo a la amplia oferta de material de embalaje que Viking pone a tu disposición y que se adapta a las diversas necesidades que puedan surgirte, con promociones súper interesantes en cajas, material de protección, sobres....

Y ahora sí, toma buena nota de éstos consejos que te ayudarán a escoger y desarrollar el packaging más adecuado a tu producto:, cumpliendo con los principios de protección, conservación, transformación, información y transporte:

Que el packaging sea funcional

Los envases o paquetes que utilizamos para comercializar nuestros productos deben cumplir cierta funcionalidad básica. A la hora de desarrollar los envases, deberemos tener en cuenta diversos factores, tales como el producto que van a contener, tamaño y forma, peso, resistencia, forma de presentación, riesgos en la distribución, ergonomía, etc…

Es fundamental distinguir entre si el producto va a ser consumido dentro del propio paquete, por lo que deberemos tener en cuenta la forma de consumo o uso del productor, la conservación del mismo una vez abierto el embalaje, la dosificación, el sistema de apretura y cierre… o si el embalaje sólo contendrá el producto hasta el momento del uso.

Que cumpla con los requisitos de seguridad y conservación

Además del diseño funcional del embalaje, deberemos tener en cuenta qué tipo de productos se comercializarán en él: las fragilidad de los mismos, su caducidad u otros requisitos especiales, como la necesidad de estar expuestos a una determinada temperatura o condiciones de humedad.

En este caso, deberemos dotar a nuestro packaging de las propiedades necesarias para que puedan cumplir con esta tarea de conservación, por lo que la elección del material del que se compondrá es fundamental (resistencia a la luz, al calor, a las bajas temperaturas, impermeabilidad, perforación, protección frente a agentes biológicos o polvo, etc).

Pero además de la conservación, la adecuada protección es un elemento fundamental. Para ello, deberemos “testar” la resistencia a los impactos verticales y horizontales, la sujeción del producto dentro del envase, etc.

Que el packaging sea atractivo

Es aquí donde entra en juego la parte de “diseño” y creatividad. Tanto la forma como el diseño gráfico tienen que ser capaces de captar la atención del cliente y de diferenciarse de otros productos similares a los que pueda ofertar la competencia.

Además, el diseño tiene que ir en consonancia tanto con el tipo de producto que va a contener como con el tipo de cliente al que nos estamos dirigiendo.

Tampoco debemos olvidar los aspectos legales y la normativa de etiquetado que rija en cada momento para la comercialización de nuestro producto e intentar adaptar de la forma más armónica posible el diseño a los requerimientos que la ley establece.

Que sea capaz de transmitir los valores de la empresa o producto

En este punto es donde deberemos poner toda nuestra creatividad al servicio del packaging y encontrar la forma más adecuada de transmitir todos los valores de nuestro negocio a través del empaquetado de nuestros productos.

Se trata de reflejar nuestros valores como empresa a través de todas las decisiones que hemos tomado anteriormente: desde el diseño gráfico al material que utilizaremos para embalar nuestros productos atendiendo a un concepto, ya sea la innovación, el respeto al medio ambiente o el clasicismo. Las posibilidades son tantas como tipos de negocio, de producto o estrategias de mercadotecnia 😉

Imagen | FreeDigitalPhotos

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