El celuloide norteamericano nos ha convencido de que los emprendedores que triunfan en el competitivo mercado de hoy son hombres, son jóvenes, y son genios de la tecnología que surgieron de un humilde garaje en los suburbios estadounidenses.
Y sí, no se puede negar que los Jobs y los Zuckebergs de este mundo son muestras muy importantes de ciertas tendencias en el liderazgo internacional de este siglo.
Sin embargo, si dejamos a Hollywood de lado un momento, descubrimos que la realidad tiene una cara muy distinta.
Al enfocar la mira vemos que el número de baby-boomers (mayores de 50 años) que emprenden su negocio en EEUU no deja de crecer.
Y si la enfocamos aún más, podemos apreciar que el 10% de las mujeres estadounidenses de entre 55 y 64 años han ido dando los pasos necesarios para lanzar sus propios negocios y superar las dificultades laborales a las que se enfrentaron tras la devastadora crisis financiera del 2008.
Por el contrario, sólo el 7,5% de los hombres de la misma edad apostaron por el mundo del emprendimiento.
«Las mujeres mayores de 50 años controlan cerca de tres cuartos de la riqueza en los Estados Unidos, quizás no son dueñas de ella, pero toman las decisiones y administran esos recursos«, comenta Carol Doyel, emprendedora estadounidense de 54 años.
Invisible, pero con unas ganas imparables de comerse el mundo
La Mujer Emprendedora 40+ se encuentra en el polo opuesto del mito del emprendedor “cool” y joven de 20 y pocos años que tanto promueve la industria del cine.
Pero, mientras los medios de comunicación no le prestan la atención que ella se merece, la Emprendedora 40+ discretamente va abriéndose paso en el mundo de los negocios.
En los Estados Unidos, en España, y en todo el mundo.
En España, catorce de cada cien mujeres ocupadas (en un trabajo remunerado) ha creado su propio puesto de trabajo. A primera vista, esta cifra puede parecer insignificante, pero cobra una luz mucho más positiva si se tienen en cuenta los retos a los que se enfrenta la emprendedora 40+ en nuestro país.
El último informe de ATA, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos afirmaba que el peso de las mujeres a lo largo de la crisis ha ido aumentado. En 2008, representaban el 32,5% del colectivo de trabajadores por cuenta propia mientras que en 2013 la cifra había ascendido hasta el 34,7%.
Significativamente, en 2012 solo el 14% de autónomas se dieron de baja, frente al 86% de hombres.
Es decir, las ganas de triunfar en el ámbito empresarial, existen, pero tal y como comenta Ros Megías, cofundadora de “#40yqué”, movimiento surgido para proporcionar a la Emprendedora 40+ todas las herramientas que necesita para lanzarse al emprendimiento, “para garantizar el éxito de su re-invención profesional, la Emprendedora 40+ tiene que estar preparada y seguir formándose constantemente, sobre todo en un mundo tan digital como este”.
Ros es un ejemplo claro de Mujer 40+ que deja huella en el mundo empresarial español. Odontóloga de profesión, y emprendedora apasionada, Ros ofrece servicios de marketing digital a clínicas dentales en todo el país.
“Tras haber trabajado como dentista durante muchos años, me he reinventado profesionalmente a los 40+”, comenta Ros, “y sé el miedo que da ese abismo desconocido. Pero también sé que la única manera de superarlo es confiando plenamente en una misma, formándose y recorriendo el camino bien acompañada. Y precisamente de ahí surgió #40yqué”.
Nativas e “inmigrantes” tecnológicas
Una de las barreras a la que la Mujer 40+ se enfrenta a lanzarse al vacío del emprendimiento es la falta de familiarización con los importantes avances tecnológicos que le son útiles para gestionar y hacer avanzar su negocio.
Y eso le sucede porque la Mujer 40+ es una “inmigrante digital”: ni nació ni creció con la tecnología, como lo han hecho los “nativos digitales” de hoy.
Marc Prensky, el autor que utilizase estos vocablos por primera vez en el 2001, comenta que las diferencias entre nativas y digitales son descomunales e incluyen la manera cómo unas y otras procesan la información. Las inmigrantes digitales lo hacen de forma lineal en lugar de pasar de una fuente de información a otra a velocidades extremas y de manera casi aleatoria, como lo hacen las nativas.
¿Es imposible para la inmigrante digital adquirir la misma manera de procesar y actuar vis a vis la tecnología que las nativas?
No necesariamente.
“Es cuestión de experiencia, motivación, y un aprendizaje constante”, comenta Ros, “precisamente lo que pretendemos ofrecer con nuestra plataforma. Queremos compartir estas ganas incontenibles de superarnos profesionalmente con otras mujeres que quieran emprender a partir de los 40 (¡o los 50!) y hablar de los retos y dificultades con las que se enfrentan cada día. Y queremos hacerlo con mucho humor, y un tono muy fresco y desenfadado. Porque la edad no es una barrera y puedes seguir comiéndote el mundo a los 40+ si te lo propones, por muy “inmigrante digital que seas”, explica Ros.
Formación, apoyo, y muy buen humor: Los tres ingredientes que harán triunfar a la Mujer 40+ como empresaria en el Siglo XXI.