Si antes de tomarte esos días de merecido descanso estás encantado de “padecer” el “síndrome-lúdico-festivo-pre-vacacional”, cuando llega el momento de la vuelta de vacaciones el síndrome que padeces probablemente sea bien distinto.
Bajo mi punto de vista y por mi experiencia personal, hay una gran diferencia entre la “depre” por volver de vacaciones cuando uno trabaja por cuenta ajena y la sensación que uno tiene en la misma situación pero siendo jefe de tu propio negocio. Parto de la base de que eres un pequeño empresario o profesional independiente que disfrutas con lo que haces, porque si no es así, el efecto puede ser peor aún que trabajando por cuenta ajena.
No obstante, eso no quita para que el famoso “síndrome postvacacional” tenga su efecto, porque por mucho que te entusiasme lo que haces, cuando lo que se impone es un cambio de ritmo muy grande, no dejas de sufrir un cierto “shock”.
Llevar un negocio es algo parecido a mantener una rueda engrasada y rodando constantemente a toda velocidad y las paradas prolongadas de descanso hacen que esa velocidad se ralentice y cueste un poco volverla a poner en marcha.
La clave está en que ese periodo de reactivación dure lo menos posible y la transición de la baja o nula actividad, a la actividad a pleno rendimiento sea agradable y de lo más llevadera.
Las sugerencias que te voy a contar son las que yo misma aplico y me funcionan muy bien. También podrían llevarse a cabo, aunque sólo en parte si trabajas para una empresa, pero siendo profesional libre tu grado de flexibilidad es muchísimo mayor y lo que te voy a contar es realmente fruto del sentido común y de aceptar los cambios de ritmo sin agobiarse por ello.
Empezamos…
1. Date al menos un día para reubicarte
Teniendo en cuenta que tienes la libertad a lo largo de año de tomarte días libres en cualquier momento, ¿qué necesidad tienes de apurar hasta el último minuto y agobiarte? No aterrices con la maleta directamente en una reunión con un cliente importante. Es absurdo. Cuando uno desconecta, tiene que reconectar después y hacerlo como el que enchufa a la red el secador de pelo que suelta el chorro de aire de forma inmediata es complicado. Repito, no hay necesidad. Por lo tanto, planifica tus vacaciones de tal manera que no empieces a trabajar hasta al menos un día después de haber vuelto. Ni que decir tiene que esto es mucho más necesario si vienes de saltar el charco con un jetlag de tres pares de narices.
Ese día de vuelta dedícate a lo que te dé la gana, haz cualquier actividad que te apetezca, deshaz los equipajes, o simplemente tírate a la bartola en el sofá. Date permiso para elegir sin sentirte mal por ello. Recuerda que estás aterrizando y no tienes que ser Superman.
2. No empieces la semana en lunes
Sé flexible contigo mismo y convierte tu primera semana de trabajo en media semana. Volver de vacaciones y tener ya 5 días seguidos de trabajo a tope es como si no hubieras entrenado en 6 meses y pretendieras correr los 100 m lisos en las olimpiadas. Insisto, no hay necesidad de fustigarse y exigirse más de lo debido. Empezar con una semana de, por ejemplo, 3 días, te permite hacer una vuelta disfrutando y saboreando. Digamos que es como retomar los entrenamientos saliendo una media horita a correr en días alternos y a la siguiente semana volver a tu entrenamiento habitual.
3. Organiza tus tareas de menos a más
Durante esa semana más corta aprovecha para dedicarte a hacer tareas cortas y sencillas que no requieran mucho esfuerzo. De esta forma no sólo te será más fácil acometerlas sino que tendrás la sensación de que el tiempo te cunde más y te animarás antes a meterle mano a cosas más complejas, porque si hay algo que aumente nuestra productividad es ver que hemos hecho un montón de cosas. Por lo tanto no te pimples el vaso de whisky de un trago, sino a sorbitos y saboreándolo (quien dice whisky dice zumo de pomelo o de papaya…al gusto de cada cual;-)).
4. Haz progresiva tu jornada laboral
Empieza trabajando unas pocas horas al día durante ese período de adaptación, menos de las que trabajes habitualmente. Es preferible poco tiempo y concentrado para que cunda que ir a pedales y estar pringado todo el día. Como en el camino de Santiago, haz las primeras etapas más cortas y mide tus fuerzas mientras tanto y a partir de ahí aumenta la dosis. De esta forma en vez de forzar la máquina lo que haces es engrasarla para que ella solita se ponga en marcha.
5. Planifica antes de vacaciones
Si este año no lo has hecho, ponlo en práctica para el siguiente porque lo vas a agradecer. Planifica tu estrategia y todo lo que vas a hacer en los próximos meses (por ejemplo hasta final de año). Esto te permite ir a tiro fijo a la vuelta sin tener que pensar. Con esto evitarás la sensación de desconcierto. Es como si alguien lo hubiera pensado previamente por ti y tú sólo te tuvieras que ocupar de ejecutar la misión paso a paso.
Si puedes, déjate programadas ya cosas antes de irte de vacaciones. Por ejemplo, si mantienes un blog, déjate un par de artículos programados para la vuelta. Esto te dará más margen para reubicarte y volver a trabajar a pleno rendimiento moviendo toda la maquinaria que tu negocio requiere. De lo que se trata es de adelantar trabajo o de dejarlo encarrilado. De esta forma mitigarás ese momento de ralentización por el que inevitablemente vas a pasar.
[Tweet «Vuelta de vacaciones: 5 pautas para tu salud mental»]
CONCLUSIÓN
Si sigues estas pautas créeme que volverás a ser productivo en tiempo record y tu negocio no se resentirá ni lo más mínimo. Si haces una vuelta a lo bruto, no digo que no funcione, pero aparte de que va a ser mucho más traumática, es fácil que te agotes a los pocos días y al final ralentices tareas clave en momentos clave. Respetar tus ritmos y dosificar tu actividad es fundamental para avanzar a un ritmo constante e intenso al mismo tiempo.
Como norma general la clave de todo esto está en que tengas en cuenta y, por lo tanto, planifiques siempre un tiempo de adaptación a tu ritmo habitual. Acepta que ese período es necesario. De esta manera el merecido descanso habrá sido realmente productivo y habrá cumplido su misión: cargarte de energía para acometer todos tus retos.
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