Con la llegada del buen tiempo y las vacaciones, son muchos los usuarios de redes sociales que disminuyen su actividad en sus perfiles sociales al pasar más tiempo al aire libre o, simplemente, «desconectar» (literalmente) de la pantalla del ordenador. Y ésto, evidentemente, se ve reflejado en las métricas de nuestros perfiles de empresa en medios sociales durante la temporada estival.
No obstante, ésto no significa que debamos dejar nuestras cuentas de Twitter y Facebook a su suerte, «descansando» durante el verano, sino que se traduce en nuevas posibilidades que debemos saber aprovechar para conseguir sacarles el máximo partido llegado el mes de septiembre.
Además, si ponemos a trabajar nuestra actividad en social media en una época en la que muchas empresas y negocios relajan su volumen de publicaciones, quizá podamos lograr una mayor visibilidad al haber menor competencia y llegar a conectar de forma más intensa con nuestra comunidad de usuarios.
El verano es también una buena época para hacer balance de lo acontecido durante el año, cuando apenas tenemos tiempo de pararnos a reflexionar acuciados por las prisas, la actualidad o la necesidad de ejecutar una campaña tras otra. Julio y agosto son los meses perfectos para recapitular y ver detenidamente qué es lo que ha funcionado y lo que no, analizar las causas profundas y ver cómo podemos mejorar lo que funciona pero podría tener todavía mejores resultados.
Además, y dependiendo del sector de actividad de nuestro negocio, durante el verano se genera una menor cantidad de noticias e información, por lo que disponemos de más tiempo para conversar con nuestra comunidad de usuarios, preguntarles sobre sus intereses, responder a una mayor cantidad de mensajes, participar en foros y, en definitiva, interactuar de forma más directa y personal con nuestros seguidores.
El verano es también la época perfecta para experimentar y probar cosas nuevas, descubrir las últimas tendencias y ponerlas en práctica a pequeña escala para, de ésta forma, tener el suficiente conocimiento sobre su mecanismo, objetivo y resultados a la hora de emprender nuevos proyectos y campañas en septiembre.
De esta forma, podemos publicar contenidos diferentes a los que hemos publicado durante el resto del año, más frescos y atrevidos, y ver cómo la gente interactúa con ellos. O probar nuevas aplicaciones o redes sociales más allá de las genéricas, para de qué forma pueden servir a nuestros objetivos de social media durante el resto del año.
En definitiva, el verano nos permite tener un mayor margen de maniobra para analizar, experimentar y planificar de cara a elaborar una nueva estrategia en medios sociales fortalecida de cara al otoño y que, seguramente, nos hará dar un salto cualitativo.
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