En colaboración con Kelisto.es
Si eres autónomo o gestionas un pequeño negocio es muy probable que quieras aceptar pagos con tarjeta.
Para ello, necesitarás TPV (Terminal de Punto de Venta), una herramienta que, además de permitirte realizar este tipo de transacciones, también puede facilitarte mucho la vida a la hora de realizar gestiones como llevar un control de las ventas o del inventario.
Pese a ser una herramienta tan extendida, contratar (y sobre todo, elegir) un TPV es no un trámite sencillo.
A día de hoy existen muchos tipos, cada uno con características, costes y funcionalidades distintas que pueden influir notablemente en el día a día de tu actividad.
Para que sepas por dónde empezar, te contamos las cuestiones básicas que debes tener en cuenta a lo largo de todo este proceso para escoger el que mejor se adapta a ti.
¿Qué comisiones puede tener un TPV?
Como ocurre con casi cualquier herramienta relacionada con los pagos, lo primero en lo que tienes que fijarte es en las comisiones o gastos que tendrás que asumir. En el caso de los TPV, es importante que tengas en cuenta que su contratación y su uso puede estar sujeto a diferentes cargos:
- Cuota mensual: muchos bancos cobran una tarifa fija al mes por el uso del TPV, aunque algunas entidades la eliminan si se alcanza un volumen mínimo de ventas con tarjeta o si el cliente cumple ciertos requisitos.
- Comisión por transacción: es el coste que se aplica sobre cada operación realizada con tarjeta. Suele oscilar entre el 0,40 % y el 2,5 %, dependiendo del banco, el tipo de tarjeta y el volumen mensual de operaciones.
- Fianza o coste de alta: algunos bancos exigen una fianza o un pago inicial por el alta del servicio o la entrega del datáfono, aunque no suele ser habitual.
- Coste de mantenimiento o sustitución: si el TPV sufre daños o necesita mantenimiento técnico, puede haber costes añadidos, salvo que estén cubiertos en el contrato.
- Costes por servicios adicionales, como integraciones con software de facturación, o emisión de informes personalizados.
¿Qué tipos de TPV existen?
Más allá de sus comisiones, otra cuestión a tener en cuenta es que los bancos suelen ofrecer distintas modalidades de TPV para adaptarse a las necesidades de cada negocio. Entre las más comunes se encuentran:
- TPV físico o fijo: se instala en el mostrador y requiere conexión a Internet o línea telefónica. Es ideal para locales con un punto de cobro fijo.
- TPV móvil o inalámbrico: funciona mediante wifi o red móvil. Es perfecto para negocios con atención al cliente en movimiento, como un restaurante o un taxi.
- TPV virtual: es un software que permite cobrar online, mediante pasarelas de pago en webs o enlaces de cobro. Es especialmente útil en tiendas online.
Seis cosas que debes tener en cuenta para elegir el TPV adecuado para tu negocio
Antes de contratar un TPV, es esencial que te plantees qué necesitas realmente. Estos son algunos de los factores que te pueden ayudar a elegir:
- Tipo de negocio: ¿tienes un local físico, vendes online o ambos? Tu elección dependerá del canal por el que realices más ventas.
- Volumen de ventas: buscar un TPV sin comisiones siempre es esencial, pero si facturas poco con tarjeta, hacer cuentas es aún más importante. En ese caso, trata de elegir un TPV que no te cobre un coste mensual fijo (bajo ninguna circunstancia) y que solo te aplique comisiones por operación.
- Movilidad: ¿cobras en un mostrador o sueles acercarte a cobrar a tus clientes, por ejemplo, a su mesa. Si suele ocurrirte lo segundo, un TPV móvil o virtual puede ser la mejor solución.
- Integraciones: algunos terminales se conectan con programas de facturación o apps de caja. Si gestionas mucho stock o necesitas reportes, busca estas opciones.
- Soporte técnico: que el servicio incluya asistencia 24/7 es clave para no quedarte sin poder cobrar en momentos críticos.
- Condiciones del banco: asegúrate de leer la letra pequeña de las ofertas que te haga cada entidad. A veces el TPV es gratuito solo si cumples con ciertos requisitos o con un límite máximo de facturación.
Otras cuestiones a tener en cuenta para elegir un TPV
Una vez hayas analizado las cuestiones básicas para elegir el mejor TPV para tu negocio, también puedes terminar de perfilar cuál es la herramienta que más te conviene examinando estas cuestiones:
- Coste de instalación y mantenimiento: aunque el TPV sea gratuito, vigila que el banco que eliges no te cobra por la instalación ni el mantenimiento. Y si lo hace, ten muy claro cuánto te costará y cerciórate de que no haya ofertas más ventajosas.
- Comisiones por operación: aunque no pagues una tarifa fija mensual, lo habitual es que tengas que abonar un porcentaje por cada transacción. Compara bien estas tarifas, sobre todo si tu ticket medio es bajo.
- Seguridad: asegúrate de que el terminal cumple con los protocolos más recientes (como PCI DSS),para proteger los datos de tus clientes.
- Acceso a estadísticas y panel de control: algunos bancos ofrecen portales para consultar en tiempo real las ventas realizadas, lo que facilita el control de caja.
Algunos bancos con TPV gratis para tu negocio
Cajamar
Si contratas la Cuenta Autónomo de Cajamar (una de las pocas que te recompensa con un regalo en forma de dinero, en su caso, de hasta 500 euros) también podrás disfrutar de un TPV gratis.
En total, te librarás de los gastos de este dispositivo durante seis meses, siempre que te hagas con una tarifa plana de la entidad, que será la que se te cobre una vez terminado el período promocional.
Banco Sabadell
Con su Cuenta Online Sabadell para autónomos, Banco Sabadell ofrece una promoción especial que estará disponible hasta el próximo 30 de septiembre y que tiene dos grandes ventajas.
Por un lado, te permite disfrutar de 6 meses de TPV gratis si contratas su Tarifa Plana por un mínimo de 12 meses.
Por otro, te ofrece un descuento del 0,25 % de tasa de descuento por operación.