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¿Cómo reconocer a un cliente tóxico?
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¿Cómo reconocer a un cliente tóxico?

Resumen > Un mal cliente siempre estará dispuesto a hacerte perder el tiempo, el dinero y la paciencia. En este post, te enseñamos a distinguirlo para que huyas de él cuanto antes. Como dice el refrán, “más vale prevenir que curar”.

Actualizado el 8 de febrero de 2016

2 minutos de lectura

Por Nuria

Son las diez de la noche de un domingo y suena el teléfono. Tu voz interior te suplica que no lo cojas, pero al final Pepito Grillo cede y acabas respondiendo. ¡Gran error! A tu cliente le ha parecido el mejor momento de la semana para contarte que necesita urgentemente, y remarca eso de urgentemente, el trabajo que estaba previsto para el miércoles. ¿Qué haces en ese momento? Seguramente, asentir, despedirte del fin de semana antes de lo previsto y no pegar ojo en toda la noche.

Los clientes tóxicos son uno de los peores males del autónomo. Llegan sigilosamente y acaban dominando tu mundo laboral y personal al completo. No es fácil lidiar con ellos, así que si te encuentras con alguno lo mejor es que huyas cuanto antes. Como dice el refrán, “más vale prevenir que curar”. Estas son las principales características de esos clientes con los que no merece la pena trabajar.

Problemas con la propuesta inicial y la forma de pago

Cuando el cliente ya empieza con mal pie, ponte alerta. El principal error que solemos cometer en las primeras negociaciones es ser demasiado condescendientes en los precios o las condiciones de pago, con lo que podemos acabar perdiendo dinero. Si crees que tu presupuesto es justo, mantente firme o rechaza la oferta de trabajo.

Actitud “fantasma”

Llamo así a ese tipo de cliente que llega por la puerta grande, prometiéndote el cielo y presumiendo de su capacidad económica, pero que a la hora de la verdad echa marcha atrás con alguna excusa. El trabajo que encarga finalmente es mucho menor que el que se planteaba en un principio y regatea cada céntimo. Es un claro ejemplo de proyecto “envenenado”. ¡No muerdas la manzana!

Perfil dominante

Es posible que tu cliente ni siquiera sepa qué es Google, pero se atreva a darte lecciones de SEO. Los clientes tóxicos siempre están convencidos de que tienen razón y cuestionan el trabajo que haces. Sus exigencias son injustificadas, nunca están satisfechos y se comportan como si realmente fueran tu jefe.

Falta de respeto por los horarios

Este es un problema compartido, porque muchas veces los autónomos cometen el error de no establecer horarios de trabajo. En el caso de que tú sí los tengas, no permitas que nadie rompa con ellos. Los fines semana son para descansar y tu tiempo libre es solo tuyo. Cualquier cliente tóxico te llamará a la hora de cenar o en plenas vacaciones, pero ante eso tú tienes la última palabra. Deja clara cuál es tu disponibilidad y cíñete a ella.

Falsas urgencias

Esta es una de esas “clientadas” clásicas: el paciente está en la UCI eternamente. Da igual lo rápido que seas porque siempre llegarás tarde. Los trabajos de un cliente tóxico son para ayer, sin excepciones. Eso sí, cuando la pelota está en su tejado el proyecto se paraliza misteriosamente. ¿Será que no corría tanta prisa?

Diálogos de besugos

clientelada

La comunicación con el cliente debe ser fluida. Cuando hay problemas para contactar con él, denota falta de implicación o las conversaciones pierden el sentido, trabajar se convierte en una tarea muy complicada. Pídele que sea claro en sus explicaciones y que no entre en contradicciones. El primer paso para que un proyecto tenga éxito es entender lo que busca el cliente. Si algo tan sencillo como eso no marcha, atrévete a decirle “no” con la misma elegancia que firmeza.

En cualquier caso, la mejor forma de saber si uno de tus clientes es tóxico es evaluar cómo te hace sentir. Cuando la culpabilidad, la angustia, el estrés o la frustración se apoderan de ti es que la relación no funciona. Este tipo de personas estarán siempre dispuestas a hacerte perder el tiempo, el dinero y la paciencia. Sin embargo, acuérdate de que el poder está en tu mano. Tú decides con quién te conviene trabajar y de quién debes escapar.

Nuria

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