El cese de actividad fue toda una noticia allá por el 2011 cuando por fin entró en vigor la tan demandada prestación por desempleo para los autónomos, un derecho social con el que cuentan los trabajadores asalariados pero que, hasta hace pocos años, era impensable para los profesionales independientes. Desgraciadamente, el paro de los autónomos ha terminado siendo un «quiero y no puedo».
Es un quiero y no puedo para los propios autónomos, que quieren acceder a la prestación, pero no pueden por varios motivos. Recordemos que para acceder a esta prestación, de momento voluntaria, es necesario cotizar un 2,2% adicional sobre la cuota de autónomos durante al menos un año, un incremento que muchos profesionales independientes no pueden o han decidido no asumir, además de la obligación de acreditar correctamente los motivos del cese de actividad a la hora de solicitarlo. Al final, a muchos autónomos no les sale a cuenta, y más cuando los datos sobre las dificultades para poder cobrar el paro de los autónomos hablan por sí mismos.
Hasta septiembre de 2014, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), las mutuas y otras entidades gestoras de la prestación han denegado el 51,6% de las solicitudes que han presentado trabajadores autónomos para recibir la prestación por cese de actividad.
En concreto, entre enero y septiembre de este año se presentaron 5.416 solicitudes para el cobro de esta prestación, de las que 2.797 han sido rechazadas, frente a 1.941 que han recibido el visto bueno (el 35,8%) y 678 que se encuentran todavía en fase de tramitación.
Por otra parte, los «afortunados» que consiguen acceder a una prestación por la que han estado cotizando tampoco ven cumplidas sus expectativas a la hora de cobrarla. En la actualidad, el tiempo medio de cobro del paro de los autónomos es de 6,2 meses y, si bien es cierto que se ha producido un notable incremento desde el año 2012 (cuando comenzaron a cobrar los primeros autónomos en cese de actividad durante una media de cuatro meses), la duración de la prestación no es suficiente para algunos profesionales que han tenido que cerrar su negocio.
Los «parches» del paro de los autónomos
Pero el paro de los autónomos es también un quiero y no puedo para el Gobierno que, pese a haber puesto en marcha diversas medidas para facilitar el acceso a la prestación en los últimos meses, éstas no acaban de cuajar entre el colectivo, ya que no son capaces de adaptarse a su problemática real.
De esta forma, el Ejecutivo decidió rebajar las condiciones de acceso al cese de actividad. Así, con la nueva Ley de Mutuas, los trabajadores por cuenta ajena podrán cobrar el paro de los autónomos alegando sólo un 10% de pérdidas.
Hasta ahora, para poder acceder al cese de actividad por pérdidas derivadas del ejercicio de la actividad era necesario declarar pérdidas superiores al 30% de los ingresos en un año completo o superiores al 20% en dos años consecutivos y completos. No obstante, la consideración de las pérdidas suele ser bastante subjetiva y no se toma en cuenta, por ejemplo, el sueldo del autónomo.
Y aunque las mejoras han propiciado un aumento del número de cotizantes, un incremento del periodo medio de cobro y un aumento en la cantidad de solicitudes reconocidas y abonadas por las mutuas, la realidad es que éstos datos aún distan mucho del ideal de prestación por desempleo que los profesionales independientes necesitan en la actualidad.
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